sábado, 15 de agosto de 2009

¿Territorio del pueblo?


Con odio y con mucha rabia un grupo de oficialistas golpeó salvajemente a colegas de la Cadena Capriles porque manifestaban su desacuerdo con la ley de educación (que la Asamblea Nacional de forma ilegal aprobó ayer), y en rechazo a la arremetida del Gobierno contra los medios de comunicación.
12 periodistas resultaron heridos, de los cuales 8 están muy graves.
La excusa para el ataque es que "estaban en territorio del pueblo", y que los comunicadores eran unos defensores de la oligarquía.
¿Es un delito tener un pensamiento y una posición diferente? Y si lo tengo, ¿no soy pueblo? ¿Se podrá en Venezuela protestar sin temor a ser agredido? ¿A qué le teme este Gobierno?
Sólo los cobardes reprimen y agreden con la creencia de que mantendrán el control. La historia ha demostrado no sólo en el país sino en el mundo, que los gobiernos autoritarios cuando recurren a este tipo de acciones contra la disidencia, es cuando más amenazados y con miedo están.
Lo mismo ocurrió con la marcha de estudiantes que quiso acercarse al Parlamento y fue reprimida bajo la presunción de que “estaban envenenados de odio”, según Cilia Flores, pero afectos al Gobierno sí pudieron estar en las inmediaciones de la sede del Palacio Federal Legislativo.
¿Renunciar?
La solicitud de renuncia que hizo la fiscal general, Luisa Ortega Díaz, a los periodistas que protestaron en la Fiscalía es una demostración del temor de este Gobierno. Se le olvida que los profesionales de la comunicación son ciudadanos que sienten y padecen de igual forma los problemas del país y que, también tienen derecho a manifestar. Perdón! Se me olvidó que eso es delito en este país.
Ella es quien debería renunciar por incapaz, por cometer abusos contra el pueblo para complacer los caprichos de quien está de paso en la silla presidencial.
No puede haber justicia ni defensa de los derechos humanos, cuando se financian grupos violentos y además éstos siguen libres. Cuando se crean normas para unos y no se aplican a todos.
Se insiste en reprimir la libertad de expresión, de protesta y de lucha, porque el inquilino de Miraflores no cuenta con los números suficientes. Eso explica por qué este año no habrá elecciones para elegir los diputados al Poder Legislativo, y por qué se acelera desde la instancia un paquete de leyes que coartan cada vez más los derechos ciudadanos. Un golpe al alma de la Constitución venezolana. Señores a DESPERTAR!!!

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