Ellos también pueden sentirse estresados, lo que afecta su conducta y rendimiento académico.
Libia Villalobos, terapeuta, afirmó que la disciplina ayuda a los menores a canalizar sus emociones y a optimizar su capacidad de aprendizaje y atención. También favorece a la armonía del sueño y el fortalecimiento del espíritu y autoestima.
“Mediante este tipo de iniciativas pueden aprender sobre la importancia del contacto con la naturaleza y crear conciencia de lo indispensable que resultan el ejercicio y la meditación. Los niños son muy visuales, lo que ayuda a su concentración. Es por esto que solemos complementar las clases de yoga con otras actividades, como colorear”, dijo Villalobos.
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